
Poesía para una fiesta
Es divina, es redentora, y es tan fuerte el ideal,
que no termina en la tierra pues no puede terminar,
aún en el Cielo tendremos ese sublime ideal,
que toda la tierra arda
arda sin fin, arda ya con amores infinitos
que no pueden apagar ni enemigos, ni pasiones.
Sino que reine con verdadera soberanía el Rey de Amor
por los siglos de los siglos el Divino Corazón.
Un Villancico
En el Sagrario vives noches y días.
Es por tus Misioneras, ¡ay qué alegría!
Eres Niño chiquito Rey de mi alma.
Eres paz y alegría y dulce calma.
Sólo reinar deseas, mi bien querido,
dormir con abandono, vivir sin ruido.
En tu corazón Santo vivir queremos.
Danos siempre tu gracia y así lo haremos.
Es tu Madre querida también la mía.
Lleva el nombre precioso el de María.
Estas fiestas tan dulces siempre conmueven,
pero no callaremos hasta el día nueve.